Creo que a estas alturas no es necesario convencer a nadie de la importancia que tiene el respeto y cuidado a la hora de tratar datos personales de terceros. Todos conocemos los riesgos tanto económicos como de imagen que puede ocasionar ser sancionado o salir en la prensa por haber perdido, publicado o lo que sea, información de nuestros clientes.

Además esta vez no voy a centrar el discurso en cuestiones concretas como el cumplimiento de ciertas medidas de seguridad o el respeto escrupuloso de lo que marca la Ley. No, esta vez quiero centrar el foco de atención en aquellos que son los que tratan de verdad y día a día los datos personales y por lo tanto aquellos sobre los que descansa la responsabilidad de respetar y cumplir la legislación, los empleados.

Quiero empezar diciendo que una persona que no ha recibido formación legal no tiene porque conocer en profundidad las leyes, incluso un abogado es muy posible que tenga su especialidad y tenga sus lagunas en otras ramas del derecho. Pues bien, dicho esto creo que es normal pensar que el empleado medio de una empresa no tiene ni la más remota idea de las exigencias de la legislación en cuanto a protección de datos.

Y es aquí donde quería llegar, a unir dos conceptos fundamentales, que el cumplimiento depende del empleado pero que este no tiene porque saber como conseguir ese cumplimiento. Creo que la idea que quiero expresar puede empezar a vislumbrarse, si alguien es encargado de hacer algo pero no sabe como hacerlo… el principal interesado (la empresa) tendrá que poner los medios para enseñarle y formarle.

Y ahora sí, ahora sí aparece la figura de la empresa o responsable del fichero, el responsable de conseguir que sus empleados tengan los conocimientos y la concienciación necesaria sobre temas que afectan a la empresa de forma tan directa. Al igual que la empresa demanda la excelencia en sus empleados, también debe formarla, buscarla e invertir en ella.

Este es un pequeño alegato a favor de los empleados y requiriendo a las empresas una mayor implicación en la formación, sobre todo cuando es la propia empresa la que se juega tanto.

Álvaro Aritio

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